Mi nombre es Junuee Castro, y sirvo como directora de la Pastoral Juvenil en la Diócesis de Salt Lake City. Respondiendo al llamado del V Encuentro, pasé a formar parte del equipo diocesano y acompañé a la Iglesia local a promover y coordinar la implementación del proceso. Me emocionó presenciar la respuesta de los líderes latinos en todo el país. Muchos de ellos han estado sembrando la semilla sagrada desde el primer Encuentro. A ustedes les expreso mi gratitud por podar el camino y construir una «casa sobre la roca» para los católicos latinos en los Estados Unidos (Mt. 7:24). A las nuevas generaciones que se han apropiado de su papel de discípulos misioneros como resultado del proceso del Encuentro, ustedes animan a la Iglesia y les brindan mucha esperanza.
A través del proceso de Encuentro, tengo el desafío de continuar sirviendo a la Iglesia, especialmente a aquellos en las periferias. El V Encuentro encendió, aún más, mi espíritu misionero, validó mi llamado como bautizada y me instó a abrazar a la Iglesia universal. Ser testigo de la Iglesia unida a nivel local, regional y nacional me enorgulleció y fortaleció mi identidad como católica latina.
Me siento empoderada y, por lo tanto, comprometida con mi formación. Como laica, aspiro a ser teóloga y compartir mis contribuciones a los esfuerzos de la Nueva Evangelización.
Al presentar las Memorias y conclusiones del V Encuentro durante la peregrinación a la Santa Sede fue un momento lleno de gracia y afirmación. Experimenté una Iglesia abierta y acogedora dentro de los diversos dicasterios. El intercambio de diálogo con los diferentes departamentos de la Curia romana que visitamos fue vital porque sus representantes estaban dispuestos a escuchar y ofrecieron valiosos consejos. Quienes nos encontramos en la Santa Sede conocen el proceso del V Encuentro y lo aceptan porque resuena y se expande en documentos cruciales como Aparecida, que fomenta el llamado del discipulado misionero. Entregar las «Buenas Nuevas» del V Encuentro Nacional al Papa Francisco fue un momento histórico para la Iglesia.